Explicando el mito la "Ciencia VS Dios" a los niños

August 28, 2025

Escrito por Hillary Morgan Ferrer

Ciencia y Dios: ¿Enemigos? ¡Para Nada!

Demasiadas veces, a los niños se les da la narrativa de que la ciencia y Dios son enemigos. Esto puede ocurrir con tanta frecuencia que lo aceptan como una verdad absoluta sin cuestionar la premisa. Como exprofesora de Biología y Química de preparación universitaria, no puedo estar más en desacuerdo. Y, francamente, me alarma la cantidad de cristianos que han comprado esta mentira.

Actualmente estoy en mi último semestre (¡si Dios quiere!) de mi maestría en Biología. Estoy muy familiarizada con la devastación que ocurre en las ciencias, principalmente esta hostilidad antinatural entre la ciencia y Dios. El argumento puede resumirse así: si los fenómenos pueden explicarse mediante la ciencia, ¿para qué necesitamos a Dios?

La suposición implícita es que Dios solo es relevante si no podemos encontrar una explicación física para un fenómeno. Padres, esta es una tendencia peligrosa. Si esta es nuestra visión de la relación entre la ciencia y Dios, entonces nuestra necesidad de Dios disminuye con cada avance científico. Por suerte, no creo que esta sea una relación correcta. Sin embargo, persiste el malentendido de que Dios y la ciencia están en conflicto.

Dos reacciones comunes (y peligrosas)

Existen dos reacciones comunes a este problema, ambas igual de desastrosas:

  1. La teología gana: Este grupo decide que la teología debe triunfar a toda costa y crea una nueva división de la ciencia. A menudo, animan a los niños a cuestionar cada conclusión de la ciencia convencional que no esté de acuerdo con su interpretación de la Biblia. Luego, inventan un conjunto de reglas científicas completamente nuevo que garantiza que la palabra de Dios salga victoriosa. Aunque aplaudo a este grupo por defender sus principios y a Cristo, no creo que el efecto general sea positivo para los pensadores críticos cuando dejan la “burbuja cristiana.”
  1. La ciencia gana sin cuestionamientos: Este grupo abraza toda la ciencia convencional sin reservas. En el mejor de los casos, hacen gimnasia hermenéutica para hacer compatible la Biblia con todo lo que dicen los científicos seculares. En el peor de los casos, aceptan todo sin pensar mientras repiten mentalmente: “Pero sigo creyendo en Dios… pero sigo creyendo en Dios.” Al final, la disonancia cognitiva crece hasta que terminan con declaraciones extrañas como: “No soy evidencialista” (un argumento real que escuché una vez en una conferencia cuando traté de hablar sobre evidencia científica del diseño).

Un falso dilema

Entonces, ¿cuál es la solución? No podemos negar que hay personas en la ciencia convencional que AFIRMAN que las explicaciones físicas eliminan la necesidad de un creador. Sin embargo, lo que no reconocen es que una descripción no es lo mismo que una explicación. Hay algunos ejercicios sencillos que creo que pueden ser útiles para ilustrar esta diferencia a los niños. Pero primero, debemos hablar sobre un concepto importante en la naturaleza: teleología.

Teleología: la meta en la naturaleza

La teleología es un estudio de los fines o causas finales de las cosas, es decir, la doctrina que explica la realidad en función a su propósito o finalidad. Esta idea puede incluir preguntas como:

  • “¿Por qué los átomos quieren tener 8 electrones en su capa externa?” (Adelante, pregúntale a un profesor de química. No puede decírtelo).
  • “¿Por qué los organismos quieren sobrevivir?”
  • “¿Por qué los ecosistemas se equilibran naturalmente?”

Incluso Richard Dawkins (un conocido ateo) admite: “La biología es el estudio de cosas complicadas que parecen haber sido diseñadas con un propósito.”

No he tomado una sóla clase de biología donde no se use un lenguaje teleológico. El ejemplo más gracioso fue en mi clase de “Plantas,” donde el profesor decía que las plantas “aprendieron” cosas con el tiempo, como tener semillas o sistemas vasculares. ¿De verdad las plantas “aprendieron”? Esa declaración tiene muchísimas dificultades científicas.

Dos actividades simples para ilustrar la diferencia

“Los mecanismos” (descripción de lo que ocurre en la naturaleza) y “el propósito” (explicación de porqué ocurre) son conceptos muy diferentes. Desafortunadamente, tienden a mezclarse en las ciencias. Podemos describir los elementos de la naturaleza todo el día (mecánica), pero ningún estudio de propiedades físicas responderá nunca a la pregunta de porqué (propósito).

Actividad 1: El control remoto

  1. Dale a los niños el control remoto del televisor y diles: “Cambia el canal.”
  2. Luego pregunta: “¿Qué cambió el canal? ¿Tú o el control remoto?”

La respuesta es obvia: ambos. El canal cambió porque ellos apretaron un botón y porque tenían un control remoto funcional. Un ingeniero puede explicar el diseño y la física del control remoto todo el día, pero nunca podrá decir por qué el canal cambió en el momento exacto en que el niño decidió cambiarlo.

Actividad 2: Dibujando con crayones

  1. Observa a un niño colorear y luego dile: “¡Qué dibujo tan bonito! ¿Cómo llegó la imagen al papel? ¿Fuiste tú o el crayón?”
  2. Nuevamente, la respuesta es: ambos.

Puedes repetir esto con muchas actividades más. Estas actividades enseñan que la intención (teleología) y los procesos naturales no son mutuamente excluyentes.

Conclusión

Estudiar la complejidad natural es suficiente para percibir este propósito, siempre y cuando se vea a través de un lente bíblico. Como dice Colosenses 1:17, “En Él todas las cosas son sostenidas.” Los científicos pueden llamarlo “fuerza nuclear fuerte,” pero eso no es más que una manera técnica de decir: “Se mantiene unido, aunque no sabemos cómo.”

Si ayudamos a los jóvenes a entender estas diferencias antes de enfrentarse a los discursos materialistas, serán menos propensos a creer en la falsa narrativa de que la ciencia y Dios están en conflicto.

¿Tienes alguna otra analogía o actividad que ayude a los niños a entender las diferencias entre los procesos naturales y el propósito? ¡Compártela en los comentarios!

Hillary Morgan Ferrer

Hillary Morgan Ferrer es la fundadora de Mama Bear Apologetics. Es la autora principal y editora de Mama Bear Apologetics: Empoderando a tus hijos para desafiar las mentiras culturales y Mama Bear Apologetics: Guía sobre la sexualidad: Empoderando a tus hijos para comprender y vivir el diseño de Dios. Hillary tiene una maestría en Biología y ha estado casada con su esposo, el Dr. John D. Ferrer, durante 17 años. No dejes que te cocine. Te quemará la casa por completo.