Criando a nuestros hijos a que investiguen cómo expertos

April 3, 2025

Escrito por Amy Davison

Si pasas suficiente tiempo con padres, verás que hay ciertos “momentos de mamá” que todos compartimos. ¿Tu hijo corriendo desnudo por la calle? Confirmado (principalmente para las mamás de niños…). ¿Un secreto familiar embarazoso compartido en voz alta con todos en el ascensor gracias a tu pequeño parlanchín? Claro que sí.

Y es prácticamente un rito de iniciación para las mamás cristianas que justo cuando estamos por apagar la luz, nuestro pequeño Einstein repentinamente se pone en modo de pregunta de teología complicada. Claro, probablemente es una táctica para retrasar la hora de dormir, pero una de las bendiciones que tenemos como mamás es guiarlos de vuelta a la verdad de Cristo, incluso mientras luchamos para que se vayan a la cama.

La cuestión es que solo dar respuestas no es suficiente. Algún día se enfrentarán a un desafío y no estaremos allí para ayudar. Es por eso que una parte vital de un discipulado saludable es equipar a nuestros hijos con las habilidades para enfrentar preguntas difíciles por sí mismos.

Te advierto que esta no es una habilidad que se aprende dejándolos navegar libremente en la tableta familiar. Dependiendo del tema que busquen, las cosas pueden torcerse rápidamente. Por eso, en Mama Bear nos encanta ayudarte a cultivar a los pequeños curiosos en sus vidas.

Primero, antes de empezar, si no has leído el blog de Alexa *Cómo responder cuando tu hijo te deja sin palabras con una pregunta*, dale un vistazo. Pero la otra cara de la moneda es preparar a nuestros hijos no solo para que sepan cómo investigar, sino para investigar bien. (¡Porque el internet permite que cualquiera con una computadora cree su propio blog! Estamos hablando de ustedes, terraplanistas 😜).

Segundo, tendrás que ajustar estos consejos a la edad y etapa de tu hijo. Los niños mayores pueden y deben abordar temas más profundos. Los más pequeños al principio estarán en el rol de “observadores”, pero dales oportunidades para practicar estas habilidades con regularidad bajo tu guía.

¿Listo? ¡Echemos un vistazo a 5 consejos para ayudar a tu hijo a ser un investigador de información!

CONSEJO #1: LA INVESTIGACIÓN REQUIERE TIEMPO

Vivimos en una cultura de Instacart. Con unos pocos clics podemos tener el mundo en nuestra puerta. El problema con esta comodidad es que ha atrofiado nuestra paciencia y nuestra capacidad de atención. A menudo esto significa que si la respuesta a la pregunta de nuestro hijo no está en el título del primer artículo de Google, simplemente se rinden y pasan a otra cosa. (Como la otra noche… durante nuestra sesión de tareas… *palmada en la cara*).

Nuestros hijos necesitan saber que una buena investigación implica más que ver un corto en YouTube; requiere tiempo, esfuerzo, y estas cosas increíbles llamadas libros. Esta habilidad se transmite mejor modelando primero, especialmente cuando son pequeños.

Cuando tu hijo te haga una pregunta, en vez de inmediatamente responderle con la respuesta, di “¡Eso es una excelente pregunta! ¿Cómo crees que podemos investigar esto?”

Cuando encogen los hombros, enséñales cómo buscar su pregunta en varias fuentes: digitales y físicas. Muéstrales cómo navegar en sitios populares como Got Questions. Toma algunos libros de tu estante y enséñales a usar un índice (uno con el que podrían practicar es nuestro último libro *Oraciones Honestas para Mamás Oso*). Y no olvides señalar las gloriosas notas al pie. En serio, puede que suene como tu bibliotecaria de secundaria, ¡pero las notas al pie valen su peso en oro! ¡No dejes que tus hijos las pasen por alto!

Este entrenamiento puede sonar anticuado, pero hace que nuestros hijos se detengan y procesen lo que acaban de escuchar, en lugar de dejarse llevar por los llamativos y a veces sin sentido mensajes de algunas figuras mediáticas. Así que sí, vale la pena el esfuerzo.

CONSEJO #2: ENCONTRAR FUENTES CRISTIANAS CONFIABLES

Esto no es una sorpresa, pero cuando se trata de buscar respuestas a preguntas bíblicas, debemos dirigirnos primero a las Escrituras. Traducciones como la *Biblia de Estudio de Aplicación de la Vida*, la *Biblia de Estudio de Apologética* y la *Biblia de Estudio de Contexto Cultural*, que contienen notas de traductores y comentarios, son de gran ayuda en estas situaciones. También hay excelentes ministerios con blogs, pódcasts y artículos que responden a las preguntas más comunes de los creyentes (consulta nuestra Guía de Recursos Recomendados actualizada).

Sin embargo, no todo lo que lleva el título de “cristiano” es sólido. (Después de todo, ¡hay supuestos “hechiceros cristianos”!). Enséñales a tus hijos a “poner a prueba” sus fuentes investigando el trasfondo del ministerio. ¿Es esta organización reconocida, comprobada, transparente y/o respaldada por filósofos, expertos y apologistas destacados? ¿Lo que se dice está respaldado en las Escrituras? ¿Las diferencias de opinión se presentan de manera caritativa y con evidencia? ¿Las personas detrás del ministerio están capacitadas y, si es así, por quién?

Recuerda: Los títulos son importantes pero no significa que la persona que los tiene dicen la verdad. Por eso, examinamos todo, incluyendo pastores y autores favoritos.

CONSEJO #3: LEE FUENTES ORIGINALES

Hace unos días estaba leyendo la opinión indignada de un escritor que no podía creer que el pateador de la NFL Harrison Butker quisiera convertir a las esposas en sirvientas de sus maridos. ¿El problema? Eso no era lo que él había dicho, y la única razón por la que lo descubrí fue porque fui a la fuente original: la transcripción de su discurso de graduación. Si no quieres leerla, puedes ver el discurso completo aquí.

Hoy en día es demasiado común tomar la percepción de alguien como verdad en lugar de consultar la fuente original. No dejes que tus hijos caigan en esta trampa. Siempre que sea posible, cuando surja una pregunta, vayan a la fuente. Consideren el contexto, las personas a las que se dirigía, la motivación detrás de lo que se dijo y la aplicación de los principios de verdad objetiva en la actualidad. Si estás leyendo un artículo, verifica de dónde obtuvo el autor su información, especialmente cuando hace afirmaciones audaces. Con un poco de práctica, tu pequeño empezará a sonar como una versión nerd de Tom Cruise diciendo “¡Muéstrame las fuentes!”

CONSEJO #4: INVESTIGA LA OPOSICIÓN

Hay un dicho que no compartiré aquí porque es algo atrevido, pero la idea es que asumir las motivaciones, conclusiones o intenciones de alguien que no está de acuerdo contigo es una manera rápida de hacer el ridículo. Lamentablemente, nuestra cultura ha convertido este error en la norma de interacción.

¿No te gustan las opiniones de alguien? No hay problema: redúcelas a una etiqueta y luego destruye a esa persona y a todos los que se le parezcan. 

No necesitas una pulsera WWJD (“¿Qué haría Jesús?”) para saber que ¡eso no es lo que Jesús haría! Como cristianos, entendemos que las grandes conclusiones sobre la vida tienen una historia. Conocer esa historia nos ayudará a entender por qué alguien cree lo que cree, pero eso no hace que su conclusión sea correcta. Necesitamos cultivar una empatía basada en la verdad en nuestros hijos, y lo logramos al escuchar lo que la otra parte tiene que decir.

Mientras aprenden, haz que tus hijos reflexionen sobre por qué una persona podría llegar a esa conclusión. ¿Qué (si es que hay algo) compartió sobre su historia? ¿Cómo una experiencia la llevó a cuestionar o rechazar una postura? ¿Qué postura filosófica sostiene que influye en cómo ve la evidencia? Una vez que nuestros hijos puedan entender qué motiva las creencias de otra persona, podemos ayudarles a comprender al otro sin perder de vista la verdad.

CONSEJO #5: PRACTICA CÓMO RESPONDER

Así como un jugador de ajedrez anticipa los movimientos de su oponente, nosotros deberíamos anticipar las objeciones de alguien que no comparte nuestra visión bíblica. No para atacarlos con nuestro conocimiento bíblico, sino para fomentar una buena discusión si la conversación toma ese rumbo. ¡Además, también es útil para nuestro propio crecimiento espiritual!

Los niños tienen una habilidad natural para decir la verdad (¡a veces demasiado!) pero no siempre son buenos con la diplomacia. Es por eso que practicar cómo discutir el tema con otros es clave para evitar conversaciones incómodas. ¿Cómo responderías a una feminista como Flora, que no cree que el no nacido tenga el mismo derecho a la vida que un adulto? ¿Qué le dirías a un nihilista como Nick cuando niega que el universo fue creado con telos (propósito)? ¿Cómo abordarías la conversación con una defensora de justicia social como Susie mientras defiende el concepto marxista de oprimidos versus opresores?

No podemos saberlo todo, pero familiarizar a tu hijo con contraargumentos les ayudará a no desestabilizarse cuando sus encuentros evangelísticos en la cafetería no terminen como una película cristiana de Hallmark (o una escena de *Dios no está muerto*).

¡PRACTICA Y REPITE!

Mamás, Satanás intentará hacer que sientas que enseñar a tus hijos a investigar es aburrido o poco importante. Esto es una mentira. No permitas que las redes sociales o YouTube te distraigan de la cosecha fructífera que estás cultivando en tu hogar. Educa a tus hijos en el entrenamiento y enseñanza del Señor.

Cuando son pequeños, muéstrales cómo investigas un tema y revisa para asegurarte de que las fuentes son válidas. A medida que crecen, ayúdales a evaluar los recursos que están utilizando. Miren videos de alguien que no esté de acuerdo contigo y evalúa los argumentos que presenta. Déjalos verte enfrentar una pregunta. Enséñales que hay más de una página en un motor de búsqueda. Sobre todo, aprovecha todas las oportunidades posibles para crecer en el conocimiento del Señor.

¡Consulta nuestra Guía de Recursos Recomendados recién actualizada! Ahora incluye secciones sobre Género y Sexualidad, Apologética Práctica y más.

Amy Davison

Amy Davison es una veterana de la Fuerza Aérea que se convirtió en defensora de la fe cristiana como “Mama Bear Apologist”. Se graduó del Southwestern Baptist Theological Seminary con una maestría en Apologética Cristiana. Ella y su esposo Michael (también ex miembro de la Fuerza Aérea) llevan más de 17 años casados y tienen 4 hijos. Amy es la experta residente en temas de sexo y sexualidad en Mama Bear, y espera especialmente poder incluir ese título en su tarjeta de presentación de Mama Bear.